Érase una vez un elefante que trabajaba en un Circo. Tenía las orejas muy, muy muy largas. Cuando actuaba en el circo tropezaba con sus orejas y entonces lo echaron del circo. Estaba muy triste su nariz moqueaba, pero cuando caminaba se encontró con un oso perezoso, muy simpático pero feo y con la boca horrible. El elefante le dijo al oso perezoso -¡Hola! El oso perezoso dijo: - ¿Estás perdido? Sí, dijo el elefante -¿Y tú?- yo también, dijo el oso perezoso. El elefante dijo –Vamos a buscar a nuestras familias. Cruzaron el río y vieron en un bosque a sus familias y entonces los dos amigos jugaron con el resto de los animales del bosque y por la noche se dijeron adiós los dos amigos.
Yasmina Baka Pinardel, 4º de primaria
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